domingo, julio 02, 2006

Concierto de Harry Gregson-Williams en SONCINEMAD 2006

Muy buenas:

Junto a Christopher YoungEl otro día conseguí un nuevo hito dentro de mi admiración por los compositores de música de cine. Dentro del marco de eventos de SONCINEMAD 2006, asistí a uno de los conciertos incluidos en este festival, y cuál fue mi sorpresa cuando me encontré sentado justo delante del gran e inigualable Christopher Young, uno de los grandes compositores de Hollywood, responsable de la música para films tan conocidos como "El Jurado", "The Grudge (La Maldición)", "El Núcleo", "Atando Cabos", "El Exorcismo de Emily Rose" y próximos estrenos como "Ghost Rider (El Motorista Fantasma)" o "Spider-Man 3". Decir sobre él que es una persona humilde, cercana, entrañable y de una humanidad como pocas. Me recordó bastante al gran Patrick Doyle (responsable de la última partitura de Harry Potter), al que tuve el placer de conocer personalmente hace unos meses, y con quien también me fotografié después de una inolvidable cena con él y el compositor Stephen Warbeck, ganador del Oscar por "Shakespeare Enamorado").

Me pareció muy triste ver como la organización del evento no se preocupaba de sus invitados y fuímos nosotros, junto a Joan Padrol y Conrado Xalabarder (unos de los críticos de música de cine más importantes de España y amigos), los que cuidamos de él. Una persona excepcional sin duda.

José Luis Diez-Chellini, Eduardo González, Harry Gregson-Williams y NeotheOneEl concierto, con la aparición de Hans Zimmer (responsable de la música de "Gladiator" o "El Código Da Vinci") estuvo centrado en el gran compositor Harry Gregson-Williams, con quien pudimos hacernos una foto junto a mis amigos José Luis Diez-Chellini y Eduardo Gónzalez, y que tuvo su momento mágico en la interpretación de las suites de "Shrek" y "Las Crónicas de Narnia". Momentos mágicos como la música de "Spy Game" o "El Reino de los Cielos" fueron mezclados con momentos bochornosos como "Chicken Run", "Bridget Jones 2" (donde el compositor tuvo que obligar a la orquesta a recomenzar el tema) o "Sinbad y la Legenda de los Siete Mares" (que fue un auténtico desastre). Sin duda una pena que con un programa tan genial, la orquesta, la Sinfónica de Charmartín, no estuviera ni a media altura de las circunstancias. El Coro Talía hizo un muy buen papel, pero la orquesta fue penosa. Una pena.

Lo bueno que saqué de la experiencia fue oir los buenos momentos musicales (que los hubo aunque la orquesta no fuera muy buena como he dicho) y el encuentro con Gregson-Williams y, sobre todo, con el gran Christopher Young.

Muy triste la inaccesibilidad de Hans Zimmer que venía junto a un guardaespaldas y que iba de divo total... poca humildad transmitía.